NAVIDAD DE 2009

A este mundo venimos

para vivir y morir,

son etapas, son pasajes,

ligados unos y otros,

todos ellos con un fin.

La niñez, la adolescencia,

la plenitud, la edad madura,

son montañas que ascendemos

para luego descender

y llegar pausadamente

a la edad de oro, «la vejez»…

Esta palabra impresiona,

no debía ser así,

pues también tiene su encanto

su meollo y su valor,

es cuestión de encaminarla

con paz y aceptación,

ya que ella nos dirige

al no va más ¡a Dios¡.

Adiós diremos al cuerpo

al achaque y al dolor,

más nuestra alma se irá

allá donde nuestras obras

la han encauzado en la vida

pero Dios, es nuestro Padre,

y como tal, nos querrá,

obremos pues, como hijos,

y estaremos a su lado,

esto sí para siempre

para toda la eternidad…

 

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