Un solo instante nos separa de otra vida. De esa vida en la que nunca pensamos, a pesar de estar tan presente, esa que no forma parte de los planes de nadie hasta que un día se presenta y lo cambia todo.
Basta un segundo, una mala decisión,un diagnóstico médico, para que todo aquello por lo que llevas toda la vida luchando cambie para siempre.
Hoy es buen momento para ayudar a los que nos rodean, para apreciarlos con hechos, para que sea tu sacrificio el que les diga lo que les quieres.
Porque, a pesar de la aparente complejidad con la que adornamos la vida, todo se resume en instantes de amor.
En memoria de aquellos que extrañamos y seguimos amando. Con la humilde intención de reconfortar a sus familias. Pidiendo humildemente a Dios por las víctimas de la violencia y todos los enfermos, especialmente a los afectados por la Pandemia.