Es cierto que adquirir nuevos hábitos y dejar los que no nos convienen pero ya adquiridos, no es fácil. Requiere decisión, disciplina e incluso puede ser doloroso al principio. Pero también el avión despega con el viento en contra, no a favor.
San Benito, considerado Patrono de Europa, hace 1500 años (480-547), propuso diez reglas, para mejorarnos como personas y como cristianos, y lo mejor es cumplirlas de a pocos, primero una y cuando ya veamos que la cumplimos, otra.
La primera es la ESCUCHA Y CUIDADO EN EL CONTACTO PERSONAL
Escuchar, y para escuchar, primero debemos mantener silencio. El silencio nos permite reflexionar sobre nosotros mismos y ser más atentos a los demás, nos ayuda a ser más pacíficos y nos pone en presencia de Dios.
No decir nada que no tenga valor.
Debemos relacionarnos con un especial cuidado en el contacto personal. Se impone la necesidad de medir lo que decimos, y más aún deben de hacerlo, quienes tienen especial audiencia dada su condición.
Usar nuestras argumentaciones para insultar, despreciar, desprestigiar o anular a nuestros antagónicos, tiene un valor destructivo. Nada justifica el improperio, la crítica se puede ejercer con respecto y exenta de palabras “agrías” y con ello podemos ser igual de contundentes.
Nuestros actos hablan por nosotros de una forma mucho más verdadera que nuestras palabras. Las palabras son gratis, y su sonido no varía si se están usando para mentir o para decir la verdad.
Hay que medir nuestras palabras para que lo que digamos no añada ni una brizna más a la confusión ni agrave innecesariamente la convivencia.
Y tamizar también las palabras que nos digan, como se comprueba la calidad de un metal o la de un billete de banco, para saber si quien las dice está mintiendo o no o si sus palabras se corresponden con sus actos.
Quienes no saben o no quieren dialogar, son muy proclives a descalificar, sin entrar nunca en el fondo de las cuestiones y con esa actitud se destruyen los puentes de la comunicación, y con eso no gana nadie, y es causa común del deterioro de la convivencia familiar.