«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
san Lucas 6, 36-38
En el ámbito de la propia familia se puede practicar la misericordia de distintas formas : con amor, siendo humildes, pacientes, tolerantes, con bondad, perdón, consolando, ayudando, pidiendo disculpas, escuchando las críticas, trabajando nuestras sombras, recomenzando….