En España los mayores de 45 años ya suponen el 47,3% de la población activa y el 37,6% de los desempleados, unas cifras que se han incrementado en 12,2 y 11,2 puntos porcentuales en los últimos 10 años, respectivamente.
No se contratan a los seniors por falsas creencias como “sus conocimientos estarán obsoletos” (75%), “tendrá una menor flexibilidad” (60%), “no encajará en una plantilla mayoritariamente más joven” (34%) o su absentismo será superior, debido a mayores problemas de salud (25%).
En el entorno laboral moderno, la edad suele ser vista como una potencial barrera para la adquisición de nuevo conocimiento y un obstáculo para la adaptabilidad y flexibilidad. Hay un empobrecimiento de las condiciones laborales colectivas, y existe la creencia de que los jóvenes lo normalizan más.
Siete de cada diez desempleados mayores de 45 años consideran que al quedarse sin empleo, se ha quedado fuera del mercado para siempre. Un 20% cree que tardará más de un año en colocarse, mientras que sólo un 10% cree que estará trabajando en los próximos 12 meses.
No obstante, son muchos mayores los que siguen luchando frente a este edadismo en la difícil situación económica actual, dando una lección de ejemplaridad y desmontando los prejuicios negativos que lastran su inclusión laboral.
Es más, es un contrasentido, pues existe un veloz envejecimiento de la población de España, ante una pirámide poblacional desabastecida en su base que, unida a la creciente esperanza de vida, está disparando el índice de envejecimiento en España. Hoy, este indicador alcanza el 125%, es decir, se contabilizan 125 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16.
Actualmente en el mercado laboral existe una media de edad de 43 años. Todas las previsiones indican que, durante el próximo lustro, esta cifra ascenderá a los 50 años.
La población afectada por el descarte laboral es tan extensa que el Real Decreto-Ley 3/2021 determina la creación de un Registro de Mediadores Sociales del Ingreso Mínimo Vital. Se abre así la colaboración de Entidades del Tercer Sector de Acción Social en la gestión de esta prestación hasta el año 2026.
Los colaboradores más destacados son Cruz Roja Española, Cáritas Española, Plataforma de ONG de Acción Social (POAS), Plataforma del Voluntariado de España (PVE), Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España (EAPN-ES), Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
La crisis de la COVID-19 puede y debe suponer un cambio de paradigma. Por poner un ejemplo, Mariano Esteban, virólogo del CNB-CSIC, que desarrolla junto a Juan García Arriaza la vacuna CSIC-Biofabri contra la covid-19, tiene 76 años.
Evidentemente el trabajo sueles ser la fuente primaria de ingresos, y la falta de medios económicos no sólo lleva a la exclusión social personal, sino a problemas familiares que pueden desembocar incluso en rupturas.
La falta de empleo pone a prueba a toda la unidad familiar, y es muy importante para el equilibrio psicológico y la realización personal del afectado directamente, pero también de los que de una u otra manera dependen de sus ingresos.
Por otra parte, trabajar por cuenta ajena o emprender a partir de los 52 años tiene una perspectiva positiva, y una de ellas es la motivación para mantener dicho equilibrio familiar y personal. El entusiasmo a estas edades está asegurado. La experiencia es mucho mayor. Puede que cuentes con contactos útiles para el proyecto. Tú perspectiva es más amplia. Más calma y serenidad en tu actuar.
En cualquier caso, la alternativa a luchar por conseguir un empleo o emprender e implementar de los desempleados mayores de 52 años normalmente es subsistir con el ahorro y apoyo familiar, y si pueden, acceder a ser beneficiarios subsidio de mayores de 52 años de 451,92 euros mensuales[i], tras la entrada en vigor el 13 de marzo de 2019 el Real Decreto 8/2019, hasta que cumplan la edad de jubilación, momento en que pasarán a cobrar la pensión correspondiente.
Para acceder a ella es necesario tener cumplidos los requisitos para la jubilación ordinaria (excepto la edad), es decir, 15 años cotizados (y por lo menos dos de ellos durante los 15 años previos a solicitar la ayuda) y haber cotizado por desempleo un mínimo de 6 años en el Régimen General a lo largo de la vida laboral del solicitante.
Este subsidio de mayores de 52 años es compatible con la ayuda del Ingreso Mínimo Vital (IMV), regulado por el Real Decreto-ley 20/2020, de 29 de mayo, y su modificación por el Real Decreto-ley 3/2021, de 2 de febrero[ii], por el que se adoptan medidas para la reducción de la brecha de género y otras materias en los ámbitos de la Seguridad Social y económico.
Si todavía no se ha concedido a los que pudieran ser beneficiarios la IMV que gestiona el INSS, ni el subsidio de mayores de 52 años, cabe solicitar las rentas mínimas que gestionan las Comunidades Autónomas. Todas las comunidades autónomas tienen programas de este tipo, condicionados a cumplir una serie de requisitos.
En este contexto, para encontrar trabajo, los expertos aconsejan a los mayores de 55 años en búsqueda de empleo los cinco siguientes consejos:
No esconder la edad: si uno no le da importancia, los demás tampoco lo harán; si, por el contrario, se presupone que va a ser un problema, se trasladará este prejuicio a los reclutadores, que tendrán más reticencias a la hora de abordar la contratación. Lo mejor es no dar protagonismo a un dato que no determina las capacidades ni la profesionalidad.
Poner en valor los logros. La edad aporta competencias y habilidades intrínsecas (madurez, control emocional, templanza, etc.), pero son demasiado generales y no aportan un valor diferencial. Tanto en el currículum como en la entrevista de trabajo se debe poner el énfasis en logros concretos que se han alcanzado en la carrera profesional. La experiencia tiene valor.
Reciclarse. Nunca es tarde para añadir formaciones nuevas a la candidatura: idiomas, ofimática, ventas, e incluso formación profesional. Toda competencia que se añada al CV conectará al candidato con las nuevas necesidades del mercado laboral, convirtiéndole en un profesional más atractivo para las empresas.
Por ejemplo, licenciados buscando trabajo hay muchos, pero no son tantos los que además tienen conocimiento en creación y mantenimiento de blogs y webs. Mientras el grado de ingeniería o arquitectura está infravalorado, pero escasean los programadores y los albañiles.
Cuidar la autoestima: Es necesario huir de visiones apocalípticas como “no voy a volver al mercado laboral”, que tienen mucha fuerza en la mente y son muy destructivas. Sabes lo que es el trabajo duro, pero no hay que descuidar los cimientos de tu carácter (fe, familia y amistad, salud, etc), te conoces a ti mismo, y siendo tú debes seguir tu camino, y ser consciente de que se es persona antes que profesional. Si uno confía en sí mismo es más probable que los demás y las empresas también lo hagan. Tienes valor, que no es lo mismo que un precio.
Apasiónate por tu objetivo, y no lo compartas con quien no estaría dispuesto a realizar tu esfuerzo o a asumir los riesgos que asumes, porque te hará comentarios y críticas en los que fundamentalmente volcará su mediocridad y miedos. Las habilidades y conocimientos suman, la actitud los multiplica.
Antes de la Primera Guerra Mundial, cuando no mucha gente vivía más allá de los 50 años, si el éxito profesional no se obtenía antes de cumplir 30 o 35 se consideraba que una persona había fracasado.
Pero actualmente, la esperanza de vida en 2019 en España ha aumentado a 83,58 años. Es la más alta de Europa, y a nivel provincial quien se lleva el oro es Madrid, en la que la esperanza de vida al nacer tiene con 84,99 años, seguida de Álava (84,78), Guadalajara (84,73), Segovia (84,7) y Salamanca (84,7).
La esperanza de vida superior está relacionada con una mayor temporalidad en la capacidad laboral. Hoy mucha gente se siente con fuerza para seguir trabajando, creando o formándose con 65 años, en unos niveles impensables a principios del siglo XX.
Las personas jóvenes suelen ser más dinámicas y flexibles a la hora de poner en marcha una empresa, dos elementos fundamentales para tener éxito en los negocios en un contexto como el actual. Pero la gente de mayor edad cuenta con otros factores igualmente importantes, entre los que destaca un conocimiento más profundo y extenso de muchos años de experiencia en la fuerza de trabajo.
La capacidad de reconvertirse es ahora muy superior, y si se saben buscar, y por el internet, hay mayor acceso a formación y apoyos.
En materia de emprendimientos muchos proyectos españoles tienen en su equipo fundador al menos, una persona senior, entendiendo como tales aquellas personas con una edad superior a los 45 años.
Muchos empresarios exitosos alcanzaron la cima después de cometer graves errores o de pasar por el desempleo.
Aunque el emprendedor mayor de 45 años tenga menor margen temporal de rehacerse, son famosos los emprendimientos de los hermanos Richard “Dick” y Maurice “Mac” McDonald, que, en 1955, cuando ya tenían más de 50 años, encontraron el punto justo para que su negocio fuera un éxito económico. Hoy, McDonald’s es la mayor red de locales de servicio rápido de comidas del mundo. Harland Sanders David abrió su primer restaurante a los 65 años, y hoy es KFC. El resultado es bien conocido por todos: tiene presencia en 130 países donde se encuentran sus más de 40,000 restaurantes.
En muchos casos de empleo o emprendimiento es difícil saber la verdadera razón del éxito, porque siempre es una sumatoria de factores. Pero cuando te despiden o cierras normalmente sabes en qué te equivocaste y al intentar una nueva oportunidad te acordarás del error por el que quebraste o te despidieron, y cuidarás de que no repitas el error.
[i] Para seguir percibiéndolo una vez concedido, el beneficiario debe presentar cada año una declaración de rentas acompañada de la documentación que las justifique. Con esta declaración, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) comprueba que quien recibe el subsidio sigue cumpliendo el requisito de carencia de rentas y que la suma total de ingresos no supera los 712,50 euros mensuales.
Este documento de declaración de rentas debe presentarse una vez transcurridos doce meses desde la aprobación del subsidio, o cada vez que transcurran doce meses desde la última reanudación.
Si sus ingresos no han superado en ningún mes el 75 % del Salario Mínimo Interprofesional, la persona puede tramitar la declaración anual a través de Internet en la Sede Electrónica del SEPE, siempre que disponga de certificado digital, DNI electrónico o usuario y contraseña Cl@ve.
Si no se dispone de clave de acceso a Internet o si las rentas han superado en algún mes el citado importe, para presentar la declaración deberá acudir a su oficina de prestaciones con cita previa.
En caso de que el beneficiario no presentara esta declaración de rentas cada año, la administración daría orden de suspender el pago del subsidio y de la cotización.
[ii] Para solicitar la renta mínima es necesario ser residente en España, tener entre 23 y 65 años, haber vivido al menos tres años de forma independiente y cotizado un año a la Seguridad Social. Lo pueden cobrar personas de 18 años con hijos a cargo que lleven un año de residencia legal en España. Los requisitos son más flexibles para las mujeres víctimas de violencia de género o víctimas de trata de seres humanos y explotación sexual. Los perceptores deberán hacer la declaración de la renta y solo podrán ausentarse de España durante 15 días sin comunicación previa, si se ausentan más de 90 días sin justificarlo incurren en una infracción muy grave.