Siento que estoy en un mundo muy loco. Con gente muy desquiciada.
Que vivo en una sociedad tecnocratica cada vez más esclavizante y descartante de personas.
En un mundo sin Dios, sin los valores de Cristo. En un mundo de los Letrados y Fariseos. Sin amor.
Como caminar en ese mundo. Como mantener la Fe. Como no sucumbir a tanto desamor. A tanta desesperanza.
Separando el trigo de la paja. Dando a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar.
Que el Cesar quiere que paguemos más impuestos, pues los pagamos hasta donde podamos.
Que el Cesar quiere que nos metamos en nuestras casas sin salir por la pandemia, pues nos metemos.
Que el Cesar quiere que trabajemos 12 horas al día, pues si podemos lo hacemos, pero buscamos siempre el tiempo de Dios, porque Dios siempre es preferente.
Todo lo del Cesar es temporal. No tenemos más remedio que superarlo, aguantarlo lo mejor posible, en lo que podamos.
Lo de Dios es eterno. Es hacia donde vamos. Y la esperanza de ese destino, de llegar a «Santiago», es por lo que aguantamos al Cesar.
Y como puedo aguantar todo eso del Cesar: con el Espíritu Santo, que podemos pedir cada día.
Compartiendo nuestra luz con todos los que la necesiten y especialmente nuestro Amor.
Sin empecinarnos en que los demás vean lo que nosotros vemos.
El Amor es el único camino a nuestra verdadera vida, la eterna.
Sólo respecto del Amor, y lo que en él se concentra, creemos los Cristianos que seremos juzgados.