El respeto a las decisiones de los demás es la mejor manera de afrontar una situación que no deseamos.
Mantener la calma, aunque sea enorme el dolor que nos causa la situación también ayuda a la toma de las decisiones más convenientes entre las opciones que nos quedan, y mirar al camino con las largas puestas.
Al fin y al cabo no creo que nos guste que nuestra pareja o esposa permanezca caminando junto a nosotros por compasión u obligación.
Una de las peores formas de encarar la situación que se genera cuando uno se entera que su pareja ha decidido poner fin a la relación, o que le venía siendo infiel, es no aceptar la situación.
El sentimiento de rencor, el reproche, la desesperación por la pérdida o el miedo al futuro, no nos ayudará, y menos la ruptura afecta a otras personas, como son los hijos comunes. Aunque es humano, y se entreabrirán esas puertas en ciertos momentos.
Es bueno en esos momentos críticos buscar ayuda o dejarnos querer.
Pero siempre mantener la decisión de enfrentar nuestro nuevo estado, de seguir caminando, hasta el final.
Si los números cantan y en la empresa que fundamos ya no hay futuro, debemos liquidarla cuanto antes y empezar un nuevo proyecto.
Si nos dicen que tenemos un cáncer, hay que poner el remedio más apropiado posible cuanto antes, y seguir caminando, hasta el final.
Al fin y al cabo, venimos solos al mundo y solos nos iremos de él.
El sufrimiento y sacrificio forma parte de la vida y precisamente cuando uno se enfrenta a algo que le cuesta, cuando uno alivia el sufrimiento ajeno, siente una satisfacción permanente, sobre todo, cuando el camino ha costado.
Hay que dejar de quejarse, la situación es la que es… , pensar en nuestras virtudes y defectos, y adoptar una actitud activa. Las personas más optimistas y que se quejan menos es porque no tienen tiempo para quejarse porque tienen un plan y están siguiendo su plan, esa es la clave de la motivación.
La queja es donde están instalados aquellos que no quieren prosperar.
Pensar en uno mismo, en cómo mejorar, y pasar a la acción, andando cada uno nuestro camino, hasta el final.