Las rupturas sentimentales al menos tienen dos caras, con sus propias cruces, y fomentan calvarios que sería mejor no transitar…
El análisis de la ruptura sentimental, y sus consecuencias es muy complejo, no todo es lo que a simple vista parece… Además, que ambas partes se sienten legitimadas para hacer lo que hacen…., se sienten víctimas recíprocamente, desconfían del otro, y si no hay diálogo fluido y empático entre ambos, entonces solo cabe que una autoridad les imponga el criterio de uno al otro, lo que no acaba de resolver el conflicto…
Hay que analizar la demanda de uno, las negativa o reclamaciones del otro, y la forma en la que se defienden cada una de las posiciones (aciertos y torpezas); el encastillamiento y el reproche, como estrategia de defensa, no es el camino más favorable para el entendimiento… y no me refiero sólo a las partes en sí mismas… sino a todos los juristas y allegados que militan en el apoyo personal de una opción u otra…
La visceralidad y el sentimiento no están sólo de un lado, suelen estar en ambos; aunque el sentimiento de cada uno muchas veces es más aséptico que el interés soterrado que tienen otros intervinientes en el conflicto de que se mantenga en proceso de la ruptura en el tiempo y en los tribunales.
Sólo a través del diálogo ponderado y sincero podrán ambas partes llegar a un entendimiento… y para que cualquier diálogo comience con buen tono, se mantenga abierto y fluido y sirva para algo, no se puede empezar con acusaciones de un bando contra el otro y viceversa…
Las leyes y criterios jurisprudenciales vigentes son un referente más o menos vinculante, depende de su naturaleza e imperatividad, pero nunca deben ser una barrera infranqueable de aplicación rígida e inflexible a la hora de resolver un conflicto en la desvinculación de los caminos de dos personas que optaron voluntariamente en caminar juntos en la vida, si queremos preservar su paz individual y de las personas que de ellos dependen…