EL MUNDO Y MI MUNDO
Pienso que hoy vivimos en una sociedad que promueve valores confusos. Gastamos fuerzas y recursos en lo que es secundario o superfluo. Se nos repite que no hay absolutos, todo es relativo y depende del momento o los fines a conseguir. Que no es necesario para la convivencia una cohesión de principios éticos, que no hay una jerarquía global de valores. Sin embargo, es una apreciación mía que la estabilidad de la relación matrimonial o de pareja depende en gran medida de que los valores morales de sus miembros estén debidamente engranados y se esfuercen en mantenerse unidos bajo un…