EL FRÍO DIVINO
Andan juntos el camino hacia Belén, la ciudad, por dar cumplimiento al sino que manda la Autoridad, errantes, cual peregrinos, mas posada no les dan, sino un pequeño resquicio por morada tomarán, para su recién nacido: un pesebre en un portal, y por calor escogido, dulce calor animal, que el humano está embebido en su individualidad. Calor de mula y de buey, al infante aliviarán, pues cumple la humana ley Su Divina Majestad, el que de todos es Rey, al rey obedece ya, rigiendo con rectitud, reinando con humildad. El niño Dios tiene frío, ¿no hay quien lo quiera arropar?…