DETRAS DE LA SOLEDAD

Son muchas las personas que me escriben confesándome que viven en una dramática soledad. Y me impresiona comprobar que la mayoría añade esta frase: “estoy solo porque nadie me quiere“. A todos estos amigos yo les contesto con un mismo diagnóstico: si usted, al comprobar su soledad, se pregunta: ¿cuantos me quieren?, probablemente no saldrá usted nunca de la soledad. Para vencer la soledad hay que formularse otra pregunta: ¿a cuántas personas quiero yo? Por ahí, comenzando a dedicarse amar a otros, en lugar de angustiarse mendigando ser querido, puede tener una cura la soledad. No estoy diciendo-no sería justo…